La juventud aprende sobre negocios a través de su trabajo con las cooperativas

La juventud aprende sobre negocios a través de su trabajo con las cooperativas

“Muchas veces uno dice no puedo” explica Katy Dayana Valladares mientras habla frente a un nutrido público compuesto por socios de cooperativas de Matagalpa y Madriz. Ella forma parte de la iniciativa de la Cooperativa de Turismo Comunitario Protectores del Medio Ambiente (Cotucproma), de Somoto, Madriz, mediante la cual se creó la Panadería Buen Pan como nueva idea de negocio para enfrentar la crisis generada por la baja de turistas debido a la pandemia de COVID-19.

Katy Dayana reside en la comunidad Aguas Calientes, en el municipio de Somoto, departamento de Madriz; tiene 23 años, es la más joven del equipo de 5 personas que laboran en la panadería, cuatro mujeres y un hombre.

Narra que en 2018 aprendió a elaborar caramelos duros, pero al conocer a las mujeres de la Cotucproma empezó su aprendizaje en la elaboración de pan.

 “He aprendido que todas podemos en la vida”, comenta nerviosa pues dice que le apena hablar en público. Añade que luego de un curso de tres meses lograron aprender a elaborar caramelos. “Creo que somos las únicos en hacer caramelos y son ricos. La Alcaldía nos encargó para las purísimas, entonces fue una gran ayuda para todos”.

KATY DAYANA VALLADARES
Katy Dayana Valladares, parte del equipo de la Panadería Buen Pan, uno de los emprendimientos de la Cotucproma, en Somoto

Agrega que luego aprendieron a elaborar pan. “Yo aprendí ahí y es una ayuda para mí, porque no cuento con ningún ingreso estable y así me ayuda en algunas cosas que necesito para mí o para mi familia”.

Valladares dice: “Estoy agradecida de todo corazón, gracias al proyecto que nos ayudó, porque sin ningún instrumento no haríamos nada obviamente, mediante eso nosotras hemos crecido, cuando iniciamos no hacíamos mucho, porque no contábamos con un vehículo que transportara el pan de un lugar a otro”.

Mediate el Proyecto Fomento de Economías Locales y Empoderamiento Económico que contó con fondos de la Agencia de Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), abrieron tres líneas de comercialización y lograron adquirir un vehículo con el que se distribuye en las comunidades de Somoto, entre 100 y 130 libras de pan. “Es un logro muy grande” apunta Valladares.

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