El olor del café tostado emana de las bolsas empacadas que Glenda Isabel López Mairena puso sobre la mesa, mientras explica que ese producto es el resultado de la unión del trabajo de las socias de la Cooperativa Mujeres Solares de Totogalpa con lo aprendido en las capacitaciones recibidas como parte del Proyecto Fomento de Economías Locales y Empoderamiento Económico, desarrollado con fondos de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID).
Entre las muestras traídas por López al taller de socialización de resultados de los talleres de formación, hay pequeños paquetes de café molido de distinto tono que han tostado en las cocinas solares que fabrican. Lograron hacerlo mediante una alianza con la Cooperativa de Turismo Comunitario Protectores del Medio Ambiente (Cotucproma) que les suministra la materia prima: el café.
“Nosotros las Mujeres Solares hacemos el tostado de café en la cocina solar, pero con Cotucproma a través del proyecto, como no cosechamos el café, porque vivimos en la zona seca, ellos nos ayudaron a que nosotros pudiéramos tener el grano de café y a través de las capacitaciones que hemos tenido aprendimos a que el café tiene varios tostados y depende del gusto del cliente”, explica la presidenta de la Cooperativa.
Tres tostados de café
Según López con la cocina solar logran el tostado medio, de los tres tostados de café que realizan y empacan paquetes con la dosis que una persona puede consumir en el día. Para el tostado más oscuro “lo pasamos por el comal en el eco fogón que tenemos igual protegemos el medio ambiente porque utilizamos un eco fogón mejorado”.
López explica que la Cooperativa trabaja en el sector de turismo comunitario y se ha visto afectada por la merma de turistas debido a la pandemia de COVID-19 por lo que agradecen a Acción contra el Hambre y Cotucproma por apoyarlos en esta iniciativa.
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En este esfuerzo están unidas a dos cooperativas. “Una de ellas nos está vendiendo el grano del café y el procesamiento lo estamos haciendo ahora, con estos tres tostados que hemos aprendido y estamos viendo que a los clientes les está gustando este tipo de café”, expresa con orgullo la directiva de la cooperativa surgida en 1999 y que integran 21 mujeres.
Actualmente las integrantes de la cooperativa están procesando 80 libras de café que venden en la comunidad, y han empezado a hacer una mezcla de los tres tipos de molido que ha logrado aceptación entre los consumidores del producto.
Nuevo nicho de mercado
“Nos hemos sentido muy alegres especialmente porque este rubro nosotros lo teníamos cuando vendíamos a turistas y nunca pensamos llevarlo a la comunidad, entonces al hacer el análisis pudimos ver que el café lo podíamos vender en la comunidad, es la taza que las personas siempre consumen en la mañana, en la tarde y en todo momento” añade López.
A través del Proyecto Fomento de Economías Locales y Empoderamiento Económico de Acción contra el Hambre las integrantes de la cooperativa recibieron capacitación en género “y hemos visto que nosotras las mujeres también podemos crecer como empresarias”.