El Gobierno de Honduras declaró Estado de Emergencia Nacional el pasado 24 de septiembre debido a las inundaciones causadas por las lluvias torrenciales y el desbordamiento del río Ulua, que afectan a más de 73.000 familias en dos departamentos del país.
La Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencia Nacionales (COPECO), decretó alerta roja para cuatro municipios del departamento de Cortés, tres municipios del departamento de Yoro y el ramal del Tigre en Tela Atlántida, además situó a ocho departamentos en alerta amarilla y cuatro en alerta verde.
El departamento de Cortés, según los datos de COPECO al 30 de septiembre, es uno de los departamentos con mayor nivel de afectación, registrando 18,416 evacuaciones y 5,331 personas albergadas. El número de familias afectadas es de 6,868. Se ha solicitado apoyo a la red humanitaria y a la cooperación internacional para atender durante la alerta en el país las diferentes necesidades a las que se enfrentan las personas afectadas.
Las acciones humanitarias se centran en dos albergues por municipio. Hasta la fecha, se ha atendido a 150 mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y a 450 niños y niñas menores de 5 años. También se están creando espacios seguros de lactancia y distribuyendo kits de cuidado infantil. Se ha garantizado el acceso mínimo al agua en estos albergues, además de suministrar kits de higiene personal, complementándose con una búsqueda de la mejora de las condiciones hidrosanitarias.
Por otro lado, se prevé la entrega de 300 cupones de alimentos a familias en coordinación con establecimientos de la zona- También se realizarán actividades de limpieza y reparación de las infraestructuras comunitarias de agua para garantizar el acceso a agua potable de la población en cuanto bajen las aguas.
A este contexto se le suma el endurecimiento de la situación migratoria en la frontera sur del país. La crisis migratoria en Honduras alcanza números nunca registrados desde 2018, y es uno de los elementos que también están afectando a la garantía de acceso a agua y saneamiento y están haciendo aumentar las atenciones nutricionales.
Ante la creciente complejidad y recurrencia de emergencias en Honduras y otros países del mundo, Acción contra el Hambre alerta de la necesidad de aumentar fondos flexibles y ágiles que permitan responder con la rapidez y eficiencia necesarias.
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