Catalina Gabriel vive en El Rodeo, en el departamento de Huehuetenango (Guatemala), con sus hijos, que son pequeños.
El Rodeo es una zona rural, muy verde, donde el principal medio de vida es la agricultura. Se cultivaba milpa y frijoles, como los que sembraba Catalina para ganarse la vida.
Pero las cosechas desaparecieron hace un año, con los huracanes Eta e Iota. Catalina y su familia estuvieron evacuados durante dos meses en un albergue hasta que pudieron regresar a El Rodeo, que aún no se ha recuperado del desastre.
Herasma Tomasa, su marido y su hijo vieron sus casas desparecer cuando los huracanes entraron con fuerza en el pueblo.
Tuvieron suerte y consiguieron ponerse a salvo, pero hoy siguen sin un tener hogar. Poseían un pequeño terreno donde es imposible construir, y por ahora alquilan una casa a un vecino hasta encontrar una solución.
“Pues nosotros vivimos los días difíciles, momentos difíciles que nos pasó. Porque al mismo tiempo, juntos se nos fue la casa a los dos, la casa de mi hijo, la de nosotros con mi esposo. Se fueron las dos casas”, cuenta Herasma. Como ella, su comunidad vio cómo los mayores daños los sufrieron viviendas y cultivos.
Más de un año después, sigue siendo una prioridad actuar para recuperar los medios de vida a las familias afectadas y garantizar un techo a las más vulnerables.
Acción contra el Hambre sigue trabajando en la región para identificar las necesidades de protección de las comunidades más expuestas a riesgos y empoderarlas para mejorar la capacidad de respuesta y acción temprana ante potenciales amenazas.
Y lo hacemos gracias a ti.