ENFOQUES TRANSVERSALES
ENFOQUE DE GÉNERO
Acción Contra el Hambre promueve la igualdad de género en sus acciones, buscando reconocer las diferentes necesidades de mujeres, hombres, jóvenes, adolescentes, niñas, niños, personas con identidades de género no normativas y orientaciones sexuales diversas, de igual forma, buscamos contribuir con acciones que prevengan las diferentes manifestaciones de la Violencia Basada en Género.
Se busca de esta manera, intensificar el impacto de nuestras intervenciones mediante el análisis y la resolución de los problemas de género en la planificación, implementación, supervisión y evaluación de las políticas, programas, proyectos y estudios de Acción contra el Hambre.
ENFOQUE MEDIO AMBIENTAL
En Acción Contra el Hambre estamos seguros que ser parte del mundo humanitario implica una actitud responsable frente al planeta, es por esto, que nuestros colaboradores y aliados compartimos además de esta sensibilidad, el compromiso de transformar nuestros procesos, pero sobre todo, nuestros hábitos para hacerlos amigables con la naturaleza.
Conoce nuestras 15A (acciones), la hoja de ruta que orientará esta primera etapa del cambio, en la cual aprenderemos sobre la importancia de ser una misión ECO-sensible, transformando nuestra cadena de suministros, disminuyendo nuestra producción de residuos y dándole una segunda vida a los que ocasionamos. Porque pequeños cambios logran grandes transformaciones. ¡Sé parte del cambio!
ENFOQUE DIFERENCIAL
Reconocemos las características diferenciales debido a edad, género, orientación sexual, identidad de género y condición de discapacidad. Es por ello que nuestra respuesta contempla el conjunto de medidas y acciones transversales y transformadoras que garantizan la igualdad en el acceso a los recursos y derechos, contribuyendo en la eliminación de los esquemas de discriminación y marginación.
ACCIÓN SIN DAÑO
Revisamos y adaptamos continuamente nuestros programas y proyectos para garantizar los principios de protección y seguridad de todas las personas destinatarias de nuestra acciones y asistencia, pero también de todo nuestro personal. Es nuestra prioridad evitar que nuestra intervención en los contextos locales pueda exacerbar desigualdades y vulnerabilidades existentes o generar conflictos y riesgos, particularmente para los grupos más vulnerables como mujeres, niños y niñas, personas de los sectores LGBTI, personas en condición de discapacidad o personas mayores. La acción sin daño no solo es un principio humanitario, es una una responsabilidad que asumimos hacia todos los actores y grupos meta con los que trabajamos, al tiempo que tratamos de reforzar con nuestra acción los elementos que pueden contribuir a fortalecer capacidades locales y empoderar a las personas en el ejercicio de sus derechos.