La familia de Anayeli Vásquez es beneficiada del proyecto “Contribuyendo a la prevención de la desnutrición crónica infantil a través de la aplicación de un modelo integral basado en la participación y organización de actores a nivel local y nacional”, que cuenta con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
El objetivo principal de este proyecto es reducir la desnutrición crónica infantil en municipios priorizados mediante un modelo integral de intervención basado en la participación y organización comunitaria, la incidencia local y nacional en políticas y programas públicos, así como la coordinación entre diferentes actores públicos, privados y de la sociedad civil.
En cifras, el objetivo del proyecto es contribuir de manera directa a la mejora de factores clave en el estado nutricional de al menos 1.500 madres y 3.000 niños y niñas.
Servicio de salud a madres, embarazadas y recién nacidos
Una de las líneas de trabajo de esta iniciativa consiste en la mejora de la prestación de los servicios esenciales de salud a las madres, mujeres embarazadas, recién nacidos y niños menores de 2 años, en el marco de la Ventana de los 1000 Días. Este periodo de tiempo es crucial para que los niños puedan recuperarse de los problemas de desnutrición crónica.
Desde la concepción a los dos años de vida es cuando se desarrolla el 80% del cerebro de los seres humanos y es necesario atender a esos menores para evitar que crezcan con una desnutrición crónica que afecte a sus capacidades cognitivas.
Anayeli, quien reside en la comunidad de Las Pilas, Cuilco, en el departamento de Huehuetenango. tiene tres hijos, uno de ellos es menor de dos años y es por eso que la familia ha sido seleccionada, ya que los requisitos para implementar este paquete de Baby-Wash es la presencia de menores de dos años o que la mujer beneficiaria de las ayudas esté embarazada.
Alimentos y acceso a agua potable
El proyecto también incide en la importancia de la mejora de la alimentación y cuidado infantil en base a la adopción de prácticas claves en el hogar y el uso de alimentos locales, como por ejemplo la mejora del acceso y uso de agua segura y saneamiento básico, los hábitos de higiene y el entorno saludable en las comunidades y/o municipios de intervención.
La actividad consistió en aplicar cal a las paredes que originariamente están hechas de adobe, un material que puede albergar bacteria o animales como chinches y que son nocivos para los ambientes en los que habitan infantes. Con el dinero que se proporcionó a la familia hicieron el encalado en la cocina, el dormitorio y parte de fuera, los lugares donde los menores pasan más tiempo.
“La pintada de cala me gustó mucho, lo hice por mis nenes, ya que a veces hay animales en las paredes y pueden entrar en la casa”, cuenta Anayeli.
El proyecto también incluye la entrega de kit de higiene para las niños y niñas menores de dos años, kit eco filtro para que consuman agua purificada.
Familias beneficiadas
Para poder seleccionar a la familia de Anayeli como beneficiaria primero se solicitó información al Centro de Atención Integral Materno Infantil (CAIMI) para identificar qué comunidad presentaba mayor número de menores de dos años o embarazadas. Posteriormente se realizaron unas encuestas a las viviendas inicialmente seleccionadas donde se verificó que se cumplieran las condiciones.